Enero 2021

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Hola amigos,

 Os escribo después de las vacaciones de Navidad, cuando el curso ya está en marcha, ha sido un comienzo de curso con muchos cambios y algo complicado. Todo este movimiento ha venido dado por el mayor número de niños que hemos tenido que atender este año, llegados de otras ciudades donde estaban a cargo de familiares y que los han devuelto a sus madres viudas, porque ya no podían hacerse cargo de ellos, debido a la crisis económica.

Tenemos en total 98 escolares y 13 bebés con ayuda a la desnutrición.

Cuando empezamos a organizar las matrículas, nos encontramos con escuelas donde había hasta 130 alumnos por clase, con los precios de las escuelas que habían aumentado y con muchos niños que no comían a diario.

¡Así que empezamos a buscar soluciones!

Escuelas: Buscamos las mejores escuelas de Bebedjia, que aunque son más caras no estaban masificadas, y hablamos con los directores para que nos dejaran meter a nuestros niños, la condición que pusieron es que pasaran una prueba de nivel y aceptamos. Hemos conseguido matricular a 76 niños en escuelas privadas de buen nivel académico, las mejores de la ciudad. 

Han quedado en escuela pública de secundaria tan solo 5 niños, lo verdaderamente curioso es que 3 de estas niñas ya han escrito una carta a sus madrinas, pidiéndoles que las cambien de escuela! 

Quiero haceros ver la importancia que esto tiene, por primera vez los adolescentes le están dando valor a la educación y quieren ir a una escuela de calidad, donde realmente pueden aprender, pero lo más sorprendente es que esto también ha ocurrido con los padres, la mayoría madres y viudas.

Hace tan solo 3 años la educación en Bebedjia no tenía ningún valor añadido para estas mujeres, pero ahora fueron las madres, las que se reunieron y se presentaron donde la monja Inés, a pedirle que llevara a sus hijos a las escuelas de calidad, se ha producido un cambio brutal en la forma de pensar en esta Comunidad.

Para entrar en la Escuela Espoir en concreto, donde están 47 de los niños, los requisitos eran aún mayores… aparte de la prueba de nivel, estaban obligadas a inscribir a sus hijos en el registro civil (os recuerdo que ninguno de ellos está inscrito y por lo tanto no existen) y después, tenían que hacer todo un papeleo de cambio de expediente de escuela, requisitos dificilísimos y con un coste económico añadido. Un verdadero reto para unas mujeres analfabetas y sin recursos. Pues la sorpresa llegó, cuando en menos de 2 meses, entre septiembre y octubre, todas estas madres tenían los papeles arreglados. Se habían ayudado entre ellas y trabajado en equipo. Ante aquel entusiasmo colectivo, no nos quedó más remedio que contagiarnos y empezar a pedir a los padrinos el dinero extra que se necesitaba para llevar a los niños a la escuela Espoir. Tengo que deciros que todos, absolutamente todos los padrinos consultados, dijeron que sí. 

Como trabajábamos contrarreloj y no podíamos asegurar la respuesta de los padrinos, le tuvimos que decir a las madres y al director de la Escuela Espoir, que de momento no teníamos el dinero suficiente para la beca, que faltaba una parte. El director aceptó el primer pago y dio un plazo hasta diciembre para completar el dinero, allí siempre se paga por adelantado al año escolar. 

Mientras yo le pedía el dinero a los padrinos, todas las mujeres, sin dejar ni una, consiguieron el dinero para completar la beca de sus hijos. Inés me dice que han hecho el comercio, lo han pedido a familiares o incluso cualquier otra cosa que prefiere ni pensar,  han luchado para sacar los pocos euros que faltaban para completar la cuota, en diciembre, ellas mismas han pagado lo que faltaba.

Creo que este paso que hemos dado, comprometiendo a la familia en la educación, es algo importantísimo. Las madres han pagado por primera vez una cantidad considerable y han hecho un gran esfuerzo en conseguir los papeles, buscando una escuela de calidad para sus hijos, porque según dicen ellas mismas, “en las escuelas públicas los niños salen igual que entran” y eso no es lo quieren para ellos.

 

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Con el suplemento extra para la Escuela Espoir que pagaron los padrinos, hemos cubierto otras necesidades de estos niños, los libros de texto que en las otras escuelas no pedían y estamos comprando, equipación de deporte (porque también tienen educación física) y zapatos cerrados, sin dedos al aire o talón, que es el último requisito que pone la escuela.

 

Tan solo 22 niños han quedado en escuelas de nivel inferior, pero 7 de ellos son niños que viven fuera de Bebedjia, en ciudades alejadas, donde no tenemos un acceso fácil y se maneja la situación de forma diferente. 

 

Alimentación: La crisis económica ha provocado un aumento del precio de los cereales, base de su alimentación y esto afecta directamente a la nutrición de los niños.

Habíamos puesto en marcha un comedor escolar durante el verano con un grupo reducido de alumnos, pero ahora había que llegar a todos o a la mayoría. 

En octubre conseguimos montar un desayuno escolar para 59 niños, los que están en las escuelas, Espoir, ECA y Forkane.

El desayuno funciona perfectamente y está siendo un éxito. Se ha contratado a una viuda que lo prepara todos los días de lunes a sábado y lo reparte en las 3 escuelas.  Se les da una pieza grande de pan rellena con paderachi y azúcar, el paderachi es una masa prensada y aceitosa de cacahuete.

Para llegar a todos los niños del proyecto ideamos darles una comida semanal, los miércoles, cuando acuden a los cursos de refuerzo, esta comida consiste en una  “Bouys”, una masa en forma de gran bola, que contiene arroz, leche, harina de trigo, harina de maíz, paderachi, azúcar, limón y tamarindo. Se ha conseguido ofrecer durante alguna semana, pero el Covid no ayuda y las restricciones de aforo se han impuesto en 50 personas, nosotros juntamos a muchos más en esas citas.

Así que seguimos reinventándonos y vamos a hacer 3 grupos de cursos de apoyo por niveles, los miércoles, los jueves y los viernes, estamos viendo la manera de ofrecer la comida pero no sé aún, como lo vamos a conseguir.

Aparte les hemos ofrecido 2 buenas fiestas, con buena comida de guiso de arroz y un cordero entero, también refrescos. Se han hecho con motivo de la celebración del comienzo del curso y por la Navidad. Fue toda una experiencia, porque la mayoría, nunca había comido cordero.

Como veis, un comienzo de curso dinámico pero con buenos resultados!!!

Seguimos trabajando y sorteando escollos, la crisis económica no nos lo pone fácil!

Gracias por seguir ahí!!! Gracias por vuestro apoyo y por las palabras de ánimo que recibimos constantemente.

 

 

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