Estudiar en Chad

es un proyecto de ayuda a la educación primaria y secundaria de un colectivo de niños huérfanos de padres o madres afectados por VIH que se desarrolla en una pequeña comunidad en Bébédjia, localidad al sur de Chad.

Las ayudas son personalizadas a cada niño mediante la figura del apadrinamiento


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Breve historia del proyecto:

En el año 2016, a petición de una misionera encargada del seguimiento a los hijos de mujeres atendidas en el consultorio de VIH del hospital de Saint Joseph en el corazón de África y después de ver la situación en la que se encontraban, un cooperante trasladó a su regreso a España, la necesidad de sostener y garantizar los estudios de varios niños. Se puso en marcha entonces de manera espontánea la ayuda para ellos en su mayoría, huérfanos. 

Durante los primeros años se “apadrinó” de forma improvisada y sobre la marcha, aprovechando los viajes que desde España realizaban los cooperantes, se entregaba a las monjas encargadas de los niños, el dinero necesario para su escolarización.

En 2018, Cristina Barbudo, madre de uno de los cooperantes, muy implicada en el proyecto, toma las riendas para dar forma y sentar las bases de manera organizada a este ilusionante plan. Tras las conversaciones cruzadas entre ella y la monja encargada de atender a esos niños, se empieza a trabajar: en primer lugar sería necesario elaborar un censo recogiendo además la situación personal y familiar de cada uno de los niños. Empieza a rodar el proyecto.

A fecha de febrero de 2020 se han atendido a 83 niños: 63 en el nivel de primaria, 14 en secundaria y 6 en ayuda a la alimentación (por la desnutrición severa que padecen). Mención especial merece este último capítulo. Movidos por el convencimiento de que en algunos casos puntuales es necesario aportar una alimentación básica antes que la escolarización, se está administrando ayuda a la nutrición de 5 bebés y al conjunto de una familia, donde tanto la madre como sus 4 hijos están en riesgo grave de desnutrición. 

Las dimensiones que el proyecto va adquiriendo, la exigencia y obligación por nuestra parte de llevarlo de manera organizada y tutelada, nos hace dar un paso más y ampararnos bajo el asesoramiento e infraestructura de la Fundación El Compromiso. De esta manera nace dentro de la fundación un nuevo proyecto, serio y con la cobertura legal y fiscal necesaria para la Cooperación Internacional